Comunidad de Aguas Villa Las Rosas

La Historia de la comunidad de Aguas Villa Las Rosas se extiende hasta la primera mitad del S.XX cuando, después de una larga preparación, se promulga el año 1941 la Ley Nº 6.815 -impulsada principalmente por el senador del Partido Liberal José Maza- que destinaba recursos para la creación de vivienda obrera asociada al cultivo de la tierra y la creación de industrias caseras para el procesamiento de sus productos. El objetivo de esta ley era cambiar el paradigma de la vivienda obrera, mejorando la calidad de vida de los trabajadores de las grandes ciudades de Chile a partir del contacto con la naturaleza y el trabajo de la tierra. 

A partir de dicha ley, diversas cooperativas postulan al programa de Huertos Obreros y Familiares, entre las cuales se encuentran las cinco cooperativas que se instalarán en el Fundo Villa Las Rosas, ubicado en la actual comuna de La Pintana. A partir del año 1954, los cooperados comienzan a habitar definitivamente sus nuevas viviendas-huerto, debiendo realizar enormes trabajos para urbanizar y equipar su territorio. Además, comienzan a cultivar los terrenos con frutales, vendiendo en un inicio la producción principalmente a conserveras de frutas.

Apenas tres años después se deroga el artículo 1 de la ley que dio origen a los Huertos Obreros y Familiares, quitando el financiamiento a estos. Así comienza un rápido abandono de parte del Estado a su propia política, dejando a los huerteros sin apoyo técnico ni económico. A contar de entonces, los huerteros desarrollan actividades agropecuarias con un énfasis en el autoconsumo y consumo familiar, al mismo tiempo que comienzan a lidiar con los conflictos que acarrea el crecimiento de Santiago a partir de los años 60’.  

Con la dictadura, los Huertos Obreros y Familiares reciben un duro golpe a su forma de vida. En primer lugar, de manera directa, ante la prohibición de reunión y la creación de impuestos a la pequeña producción, que obliga a los huerteros a vender su ganado y deshacerse de viñas. En segundo lugar, mediante la modificación a la Ley General de Cooperativas  del año 1976, que tiene como resultado el debilitamiento o desaparición de la lógica cooperativista de producción. En tercer lugar, y de un modo más indirecto, la nueva concepción del suelo como un bien abundante y disponible para la especulación del mercado inmobiliario, condenarán en el largo plazo la vida de los huertos. 

Ante la desaparición de las cooperativas, y a partir del nuevo código de aguas del año 1981 es que al año siguiente se forma la Comunidad de Aguas Villa Las Rosas, como figura legal y administrativa común a los huertos.

Con la llegada de la democracia las cosas no cambian para los huerteros. Al contrario, el modelo de expansión de la ciudad y especulación inmobiliaria se profundiza por medio de los diversos Planes Reguladores Metropolitanos publicados a partir del año 1994, que cambian el uso de suelo de los huertos a “Uso Mixto”. A partir de entonces, el alza de contribuciones hace cada vez más difícil sostener el modelo productivo, por lo que muchos huerteros deciden vender sus terrenos a industrias, escuelas y desarrollos inmobiliarios.

Hoy en día, no son muchos los huertos que subsisten en su estado original y productivo, sin embargo, los que quedan resisten y defienden su derecho a habitar la ciudad de otro modo y a ejercer la soberanía alimentaria con su trabajo.


Para una historia extendida de Villa Las Rosas, puedes descargar el libro editado el año 2014 por la misma comunidad en este link, y para una breve historia de los hitos más importantes de la Agricultura Urbana y Periurbana en la Región Metropolitana de Santiago, puedes revisar nuestra línea del tiempo en este link.


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